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miércoles, 30 de marzo de 2011

Anita, Juli, Caro o Vero: mujeres reales buscando sus cuentos de hadas

Anita está buscando algo que no sabe muy bien qué es. En sus treinta y pico, es una profesional exitosa e independiente, con un alma aventurera, que busca un "no-sé-qué" en "no-sé-dónde". Me atrevo a decir que lo que ella busca es a sí misma a través del amor, y por ello atraviesa fronteras y continentes, aunque sea para encontrarlo por breves períodos de tiempo.
Su sonrisa no revela, pero ella ya vivió un matrimonio, una separación y una enfermedad que casi le resultó fatal. Ha tenido el corazón roto un millón de veces, ya se mudó, ya vivió en otros idiomas y, de alguna manera, sigue manteniendo el aire adolescente en la mirada. Siempre está cantando alguna canción en algún idioma de los muchos que conoce, está siempre activa, en movimiento, hablando mucho, deseándonos lo mejor. Se juega en lo que vive, y por ello es juzgada. Tiene amigos que la aman y otros que ni la conocen, pero que tienen siempre mil y una opiniones a su respecto. Desafortunadamente, ella nació en un país machista, donde las apariencias son muy importantes, pero ella insiste en vivir su vida a su manera, sin importar lo que los otros hablen. Creo que, como casi todas nosotras, ella sólo quiere ser aceptada en su esencia, y a eso no puede renunciar.
De vez en cuando, tiene sus altibajos. A veces, una tristeza grita adentro de ella, representada en un amor que se va, o en un amor que nunca terminó de llegar. Y así como ella nos ofrece sus más felices carcajadas en público, ella también deja caer sus lágrimas adelante de todos cuando se le muere uno de sus sueños. Pero no se rinde: pronto encuentra otra cosa o persona con que soñar, y eso es lo que sigue dando sentido a su caminar.
Y así ella sigue, participando de fiestas con amigos nuevos y antiguos, viajando a los lugares más exóticos del mundo (a veces sola, a veces acompañada), publicando sus sus fotos en Facebook, publicando fragmentos de canciones que reflejan sus penas y sus esperanzas , compartiendo su vida y buscando compañía entre amigos virtuales y reales.
Ella todavía no ha encontrado la tranquilidad y la paz interior que busca para calmar esa angustia que de tanto en tanto emerge. No sabe, todavía, ni dónde ni cómo encontrarla, pero no renuncia a la búsqueda. Y nosotras, desde lejos, la vamos observando, preguntándonos cuándo será la próxima vez que ella va a aparecer con aquella sonrisa pícara otra vez, deseando que alguna vez ella encuentre lo que busca, y rezando para que este encuentro no la haga perder esa espontaneidad e intensidad que la caracterizan, porque eso es lo que la hace ser quien es.
Anita es una persona real encubierta por un seudónimo, ya que, de hecho, se podría llamar Vero, Carol, Juju o Juli. Lo que importa no es quién es Anita, pero sí cuántas mujeres viven en secreto lo que Anita nos representa públicamente con mucha valentía.
Para Anita y todos eses millones de anónimas que ella representa, yo deseo que algún día ellas se puedan encontrarse a sí mismas, sin perder la espontaneidad y la alegría en la mirada. Y espero que ellas al final descubran que la felicidad y la paz interior resultan de la aceptación de que la vida no es un cuento de hadas, pero que sí puede ser vivida con muchos finales felices, aunque mezclados con algunas lágrimas y momentos tristes.

Aninha, Juli, Carol ou Vero: mulheres reais buscando seus contos de fadas

Aninha está em busca de algo que ainda não sabe bem o que é. Com trinta e poucos anos, bem sucedida profissionalmente e independente, ela tem uma alma aventureira: busca um “nao-sei-o-que” em “nao-sei-onde”. Eu me arriscaria a dizer que o que ela busca é a ela mesma no amor, e em nome dele, cruza fronteiras e continentes, para encontra-lo, ainda que seja só por curtos espaços de tempo.
Seu sorriso não revela, mas ela já atravessou um casamento, uma separação e uma doença que quase lhe foi fatal. Já teve seu coração partido um milhão de vezes, já mudou de lugar, já viveu em outros idiomas e, de alguma forma, conseguiu manter o ar adolescente no olhar. Ela está sempre cantarolando alguma canção em algum idioma dos muitos que conhece, e sempre ativa, se movimentando, falando muito, te desejando o melhor. Se joga naquilo que vive, e por isso é julgada. Tem amigos que a adora e outros que nem a conhecem, mas que sempre tem mil e uma opiniões a seu respeito. Infelizmente, ela nasceu em um país machista, onde as aparências importam muito, mas ela insiste em viver sua vida a sua maneira, independente do que possam dizer os outros. Penso que, como quase todo mundo, ela só quer ser aceita em sua essência, e não abre mão disso. 
De vez em quando ela tem seus altos e baixos. De vez em quando, uma tristeza grita dentro dela, representada num amor que vai embora, ou num amor que nunca terminou de chegar. E da mesma forma que ela nos oferece suas gargalhadas mais felizes em publico, ela também derrama suas lágrimas diante de todos quando morre um de seus sonhos. Mas não se entrega: logo encontrará outra coisa ou outra pessoa com quem sonhar, e é isso que continua dando sentido ao seu caminhar.
E assim ela segue, participando de festas com amigos novos e antigos, viajando pelos lugares mais exóticos do mundo (as vezes sozinha, as vezes acompanhada), publicando suas fotos no Facebook, publicando trechos de músicas que refletem suas dores e suas esperanças, dividindo sua vida e buscando companhia entre amigos virtuais e reais.
Ela ainda não encontrou a paz e a tranqüilidade interior que busca para essa angústia que as vezes emerge. Não sabe ainda onde nem como encontrar, mas não desiste de buscar. E a gente, de longe, vai observando, imaginando quando será a próxima vez que ela vai aparecer com aquele sorrisão moleque de novo, torcendo pra que ela encontre o que busca, e rezando para que esse encontro não a faça perder essa espontaneidade e intensidade que lhes são características, porque é isso que a faz ser quem é. 
Aninha é um personagem real disfarçado por um pseudônimo porque, na verdade, ela poderia se chamar Vero, Carol, Juju ou Juli. O que importa não é quem é Aninha, mas sim quantas mulheres vivem em segredo o que Aninha representa publicamente.

Para Aninha e todas essas milhões de anônimas que ela representa, eu desejo que um dia elas possam se encontrar, sem nunca perder a espontaneidade e a alegria do olhar. E espero que elas em algum momento descubram que a felicidade e a paz interior resultam da aceitação de que a vida não é um conto de fadas, mas pode ser vivida com muitos finais felizes, ainda que entremeada por algumas lágrimas e momentos tristes.

lunes, 28 de marzo de 2011

¿Cuánto vale una persona? Evalua su valor por los amigos que tiene

Mi madre no puede entender la fascinación que tengo por los amigos de mi vida. Y el hecho de que ella no lo pueda entender me hizo pensar acerca del tema. Me estoy yendo de Buenos Aires, después de casi cuatro años acá, y si bien tuve muchos logros materiales, el bien más grande que llevo son los buenos momentos que compartí con los amigos que me hice acá, esas personas que están conmigo cuando estoy cerca y aún más cuando saben que me voy. Eses que están presentes físicamente, por correo electrónico o por teléfono, pero que, de alguna manera, ponen mis deseos y mi felicidad antes de las suyas: ellos no quieren que yo me vaya, pero saben que estoy realizando el sueño de mi vida. Por lo tanto, cuando digo que no quiero ir, ellos me impulsionan para que yo me vaya, me hacen acordar que estoy cumpliendo un sueño antiguo, no dejan que me pierda en reminiscencias   ni que me pierda de mi objetivo. Amigos que están conmigo porque así lo desean, no porque existan otros lazos que los obligue. Amigos, amigos, amigos.
Entonces, volviendo a la pregunta de "¿por qué los amigos tienen un valor tan enorme para mí?", después de pensar mucho llegué a una conclusión: tiene que ver con el hecho de poder elegir. Los amigos nos eligen a nosotros y nosotros los elegimos a ellos. No tenemos ninguna obligación con ellos, ninguna más allá de aquella que nuestro corazón nos pide, nos demanda. Si hacemos algo por ellos, ellos lo reciben con gusto. Si no lo hacemos, se pueden sentir tristes, seguramente se sentirán, pero te seguirán eligiendo si creen que vos vales la pena. Estamos juntos, porque así lo elegimos. El amor de la familia es un amor que siempre está, y muchas veces, ni eso... Somos familia, pero... ¿mi mama me hubiese elegido como hija? Ojalá que sí... pero sabemos que no siempre nos elegimos cuando somos parientes. Ya los amigos son una elección que hacemos, o no, todos los días.
Creo incluso que me volví una mejor hija para mi mamá cuando empecé a verla como más como una amiga que como una madre. Como amigo, no hay culpas ni obligaciones. Como padres, hijos, hermanos, sí, la tenemos que pelear mucho para librarnos de una serie de culpas sobre cosas que “deberíamos de hacer”. Y lo que deberíamos realmente era poder elegir siempre las personas de nuestras vidas, incluso los hijos, padres, parientes. No podemos elegir los vínculos de sangre, pero podemos elegir y construir los afectos. Ojalá que mis hijas, cuando crezcan, me elijan en sus vidas. Pero espero que no se sientan obligadas hacia mí porque yo les di la vida. Por pensar así, yo trabajo en estos vínculos con ellas todos los días, desde la hora que me despierto hasta la hora que me voy a dormir. Quiero elegirlas y ser elegida por ellas, así como quiero elegir y ser elegida por mi marido todos los días. Y quiero seguir eligiendo mis amigos a cada nuevo amanecer.
No creo que nada en la vida está dado. Nada “es porque es”. Todo es una construcción y una elección. Hoy puedo decir que todas las personas que son parte de mi vida, así lo son porque yo las elegí. Actualmente, también me siento mucho más cerca de mi mama, pero no espero que ella me ame por ser mi madre. Espero que ella me ame por el ser humano que soy, y que me deje de amar cuando yo deje de ser una persona que se importa, que la cuide, que la escuche. O que me pueda perdonar cuando yo no lo haga y me siga eligiendo por las otras cosas buenas que yo aporto a su vida.
A lo mejor yo soy una persona tan libre, que me tengo que saber dueña de mis relaciones. Y creo que las relaciones que son establecidas en estas bases son más saludables, son más cuidadas y mejor amadas. Creo que el valor de un ser humano está dado por los vínculos que él es capaz de construir, no por su patrimonio o inteligencia. Obviamente este texto es redactado por una acuariana con Júpiter en la casa 11 (la casa de dos amigos) jaja. Es decir, lo escribe una persona que cree que los vínculos que establecemos por libre elección, en donde prevalece el amor espontáneo, son los mejores. No todos estarán de acuerdo conmigo. Pero... ¿qué hacer? Esa soy yo. Amáme, o dejáme. ¿Será viable para quien me lee amar a alguien así? :-)

domingo, 27 de marzo de 2011

Quanto vale uma pessoa? Meça seu valor pelos amigos que ela tem!

Minha mãe não consegue entender a fascinação que tenho pelos amigos da minha vida. E o fato de ela não conseguir entender isso acabou me levando a pensar sobre o porque de eu me sentir assim. Estou partindo de Buenos Aires, depois de quase 4 anos aqui, e sinto que se bem tive muitas conquistas materiais, o maior bem que levo são os amigos que fiz, essas pessoas que estão comigo quando estão do meu lado e mais ainda quando sabem que vou embora. Esses que estão presente presencialmente, por telefone ou por email, mas que, de alguma maneira, colocam o meu desejo e a minha felicidade na frente da felicidade deles mesmos. Eles não querem que eu vá, mas sabem que estou realizando o sonho da minha vida. Então, quando eu digo que não quero ir, eles me impulsionam para que eu vá, me lembram que eu estou realizando um sonho antigo, não deixam que eu me perca em reminiscências nem que eu me perca do meu objetivo. Amigos que estão comigo porque querem estar, não porque existem laços outros que os obriguem. Amigos, amigos, amigos.
Então, voltando a questão de “por que os amigos tem esse valor tão enorme pra mim?”, de tanto pensar, cheguei a uma conclusão: tem a ver com a escolha. Os amigos escolhem a gente e a gente os escolhe. Não temos nenhuma obrigação com eles, nem eles com a gente, só aquela que o nosso coração pede, manda, demanda. Se fazemos algo por eles, eles recebem com prazer. Se não fazemos, eles podem ficar tristes, certamente ficarão, mas continuarão te escolhendo, se acharem que você vale a pena. Estamos juntos, porque assim decidimos. O amor da família é um amor que sempre está, e muitas vezes, nem isso. Somos família, mas... minha mãe teria me escolhido como filha? Espero que sim... mas sabemos que nem sempre nos escolhemos quando somos familiares. Já os amigos são uma escolha que fazemos, ou não, diariamente.
Acho até que comecei a ser uma melhor filha quando passei a me ver como amiga da minha mãe, não como filha. Como amigo, não há culpas nem obrigações. Como pais, filhos, irmãos, sim, a gente tem que lutar muito com uma série de culpas sobre coisas que “deveríamos fazer”. E a gente deveria sempre poder escolher as pessoas da vida da gente. Mesmo os filhos, pais, familiares. Não podemos escolher os vínculos, mas temos que construir e escolher os afetos. Eu espero que minhas filhas, quando cresçam, me escolham em suas vidas. Mas não espero que seja uma obrigação delas comigo porque eu lhes dei a vida. Então, trabalho nesses vínculos todos os dias, da hora que acordo a hora que vou dormir. Quero escolhe-las e ser escolhida por elas. Quero escolher e ser escolhida pelo meu marido todos os dias. Assim como escolho e continuo escolhendo meus amigos a cada amanhecer.
Não acredito que nada na vida esteja dado. Nada “é porque é”. Tudo é uma construção e uma escolha. Hoje eu digo que todas as pessoas que são parte da minha vida foram escolhidas por mim. Hoje eu me sinto muito mais próxima da minha mãe, mas não espero que ela me ame por ser minha mãe. Espero que ela me ame pelo ser humano que eu sou, e que deixe de me amar se eu deixar de ser um ser humano que a cuide, que se importa, que a escute. Ou que possa me perdoar quando eu não o fizer e continue me escolhendo por outras coisas boas que eu possa trazer a ela.
Talvez eu seja uma pessoa tão livre, que preciso me saber dona da minhas relações. E acho que todas as relações que são estabelecidas nessas bases, são mais saudáveis, são mais cuidadas e mais bem amadas. Acho que o valor de um ser humano é medido pelos vínculos que ele é capaz de construir, não por seu patrimônio nem por sua inteligência. Óbvio que esse é um texto de uma aquariana com Júpiter na casa 11 (casa dos amigos), haha. Ou seja, esse é um texto de alguém que acredita que os vínculos que estabelecemos por livre escolha, onde o amor espontâneo prevalece, são os melhores. Nem todo mundo vai concordar comigo. Mas... o que fazer? Essa sou eu! Me ame, ou me deixe! Será que é viável para quem me lê amar alguém assim? :-)

martes, 22 de marzo de 2011

Onde convergemos

Pela primeira vez em muito tempo desde que se conheceram, eles se encontraram por acaso na casa de um amigo em comum e entre taças de vinho, conversaram a noite toda. Não estavam sozinhos, mas era como se estivessem. Às vezes, a conversa envolvia outras pessoas, mas aos poucos foi se tornando cada vez mais individual, só deles dois. Eles perceberam que se viam diariamente, mas o quanto sabiam realmente um do outro? "Somos amigos", eles diziam, mas vendo de fora, não necessariamente acreditavam neles. Eles eram tão parecidos, se buscavam mutuamente sempre, não podia ser só amizade! Eles não se importavam com o que parecia, e sim com o que era realmente. E hoje eles percebiam que não era tão claro para eles quem era o outro.
Ele tinha certeza de que a conhecia muito, mas aquela segurança era parte de sua personalidade. Ele tinha a certeza de que podia captar tudo com um olhar, que podia ler gestos, que podia ler o não verbal. Ele só esquecia que até essa leitura não era mais do que uma simples interpretação sua do outro que tinha a sua frente. Mas ele confiava muito em sua percepção para duvidar se o que via era diferente da realidade. Aliás, não lhe importava muito o que era real: Ele gostava de ler a realidade de acordo com seus próprios olhos, não com a realidade em si mesma.
Para ela, ele se apresentava como uma incógnita. Quanto mais ela pensava compreendê-lo, mais ela percebia que não entendia nada dele. Suas palavras nunca fechavam com a leitura que ela fazia dos seus gestos e olhares. Ele sempre a confundia. "É o seu Sol oposto a Netuno”, lhe disse uma vez uma astróloga que jogava tarot. "Às vezes, mesmo inconscientemente, ele pode transmitir uma imagem que não corresponde a realidade, que não quer transmitir". "Mas com Plutão no Meio do Céu", a astróloga lhe disse, "eu duvido que o faça inconscientemente”. Era isso que fazia com que seus gestos discrepassem tanto de suas palavras, que tornava suas mensagens tão confusas. Esta noite, conforme as horas passavam e mais taças de vinho eles tomavam, ela se perguntava o quanto do que ela havia construído dele em sua imaginação tinha a ver com a verdade. De alguma forma, ela adorava conversar com ele, mas será que ela adorava conversar com ele ou com a idéia que tinha dele em sua mente? Nunca chegaria a conhecê-lo de verdade, pensou, mas talvez isso não fosse tão importante, ela repetiu para si mesma. O que importava era que agora ela estava apreciando o vinho, a noite, sua companhia e a conversa que tinham. Todo o resto era detalhe.
Ele olhava para ela com admiração, e via alguém que nunca lhe daria bola. Além disso, apesar de ser eminentemente sozinho, em sua alma, ele não estava só. Então, estava contente por tê-la por perto, como amiga. Absorvia suas palavras como se fossem um néctar, como se contivessem alguma sabedoria, como se ele pudesse aprendê-la e compreendê-la, como se assim ele pudesse tê-la um pouco só para ele.
O que a confundia eram aqueles olhares eternos, quando não haviam palavras no ar e, ainda assim, muito parecia estar sendo dito. Esses olhares sempre a confundiram. Ela tinha milhares de exemplos de situações em seu passado nas quais ficou presa por esses olhares sem significado, que podemos significar como quisermos. E, embora ela nunca tenha chegado a saber o que significavam exatamente, nunca se equivocou em um ponto: eles sempre quiseram dizer muito, sempre foram cheios de sentimento.
Mas ele era uma pessoa que gostava de ter a sua vida mais ou menos planejada, que já tinha vivido muito ao sabor do momento, e agora tinha decidido que era hora de conduzir a sua vida ao invés de ser conduzido por ela. Era idealista, apaixonado, mas havia um lado dele que o obrigava a amadurecer, a crescer e tentar construir algo. Não era possível viver uma vida de ideais.
Ela fazia o caminho inverso: já tinha sido muito idealista e apaixonada em sua vida, para depois se sentir mais confortável com uma vida tranquila, e agora desejava um pouco de idealismo e entusiasmo.
Iam em caminhos inversos. Talvez por isso se encontravam na metade do caminho.
Ela se perguntava como podia ter vivido tanto tempo sem aquele amigo em sua vida. Ele pensou que, apesar de sentir que essa amizade lhe fazia bem ao coração, nunca havia sido de nada nem de ninguém, portanto, perder esses momentos não custaria tanto, se algum dia tivesse que perdê-los. Enquanto isso, desfrutava.
Em algum ponto de seus idealismos se encontraram: ele a encontrou no que deixava pra tras do seu idealismo, ela o encontrou no seu idealismo que ia, aos poucos, recuperando. Estavam em momentos muito diferentes de suas vidas, mas havia um "não-sei-quê" que os unia. Ele fazia com que ela se lembrasse de uma música de Alejandro Sanz, "Donde Convergemos": "Não deixe para depois, mas também não aja antes do tempo. Todas as coisas têm seu tempo, busque-o, esse momento exato, esse ponto onde convergem os sonhos, onde convergem nossas coisas, onde convergemos".
E ambos acreditavam que a vida era assim, ambos tinham certeza de que todos convergem em algum ponto, que sempre ha pontos de afinidades nas relações que estabelecemos. A diferença é que ele não estava muito interessado em estabelecê-las, e ela sim.
A noite avançava. Quando perceberam, já eram 04:00 da manhã, a maioria dos seus amigos tinha ido embora, e eles ainda tinham muito do que conversar. Um assunto levava a outro, que levava a outro, que levava a um terceiro. O telefone dele tocou. Ela sabia que era sua namorada, mas ele não respondeu a mensagem. Ela sabia que chegava a sua hora de partir "in so many ways". Ela também tinha que ir, mas não queria. Ela pensou que poderia dizer muitas coisas, mas nunca as diria, em parte porque acreditava que ele já sabia, em parte por covardia. E nesse pensamento se acomodou.
Ele, de alguma forma, sentia-se satisfeito por nunca chegar a conhecê-la plenamente. Isso evitaria ter que repensar sua vida, evitaria confusão, decisões, conflitos.
Se despediram como bons amigos, certos de que esse seria um dos seus últimos encontros, gratos por isso e, ao mesmo tempo, tristes...

Donde Convergemos

Por primera vez en mucho tiempo desde que se conocieron, ellos se encontraron casualmente en la casa de un amigo en común y entre copas de vino, estuvieron charlando toda una noche. No estaban solos, pero sentían como si lo estuvieran. Por momentos, su charla involucraba a los demás, pero de a poco se fue acotando cada vez más para volverse de uno a uno. Se daban cuenta de que se veían a diario, pero ¿cuanto realmente se conocían? “Eran amigos”, dirían, pero los que miraban de afuera no necesariamente lo creían. ¡Eran tan afines, se buscaban mutuamente siempre, no podía ser solo amistad! A ellos no les importaba qué parecían, sino lo que realmente eran. Y esta noche se daban cuenta de que no tenían tan claro qué y cómo era cada uno.
Él estaba seguro de que la conocía, pero eso era parte de su personalidad, esa seguridad, esa certeza de que a todo lo puede captar con una mirada, que puede leer los gestos y aquello que no es dicho. Se le escapaba que hasta esa lectura no dejaba de ser una simple interpretación suya del otro que se le presentaba. Pero él confiaba demasiado en su percepción para dudar si lo que veía discrepaba de lo real. Y tampoco le importaba mucho lo real: le divertía la lectura que hacía de la realidad según sus ojos, no según la realidad misma.
Para ella, él se presentaba como una incógnita. Cuanto más ella pensaba entenderlo, más se daba cuenta de que no entendía nada. Sus palabras nunca cerraban con la lectura que ella hacía de sus gestos y miradas. Ella no dejaba de confundirse por él. “Era su Sol opuesto a Neptuno”, le habría dicho una astróloga que tiraba cartas. “A veces, hasta inconscientemente, él puede transmitir una imagen que no corresponde con la realidad, que no desea”. “Con un Plutón de MC, sin embargo”, la astróloga le decía, “dudo que sea inconsciente”. Era eso que hacía discrepar tanto sus gestos de sus palabras, que hacía que sus mensajes fueran confusos. Esta noche, en el pasar de las horas y con las copas de vino que compartían, ella se preguntaba que tanto de lo que ella había construido de él en su imaginación tenía relación con la verdad. En algún punto, charlar con él le encantaba, y ella se preguntaba si lo que le encantaba era él o era la imagen que ella se creo de él. Nunca llegaría a conocerlo de verdad, pensó, pero quizás eso no era tan importante, ella se repetía a sí misma. Lo que importaba era que ahora disfrutaba de ese vino, de la noche, de su compañía, y de la charla que tenían. Todo lo otro era menor.
Él la miraba con admiración, pero la veía como alguien que nunca le daría bola. Además, si bien era una persona mayormente sola, en su alma, él no estaba solo. Así, se contentaba con tenerla cerca, con ser amigos. Absorbía sus palabras con si fuera un néctar, como si contuvieran algo de sabiduría, como si así le pudiera aprender y aprehender, como si así pudiera tener un poco de ella solo para él.
Lo que más le confundía a ella eran aquellas miradas eternas, cuando no habían palabras en el aire y, aún así, parecía haber mucho siendo dicho. Esas miradas siempre la confundieron. Tenía mil ejemplos en su pasado de situaciones en que se quedo agarrada en miradas así. Y si bien nunca llego a saber que exactamente querían decir, nunca se equivocó respecto de una cosa: siempre quisieron decir mucho, siempre fueron miradas llenas de sentimiento.
Pero él era una persona a quien le gustaba tener su vida más o menos planificada. Ya había vivido mucho al sabor del momento, y ahora había decidido que era momento de conducir a su vida antes que dejarse conducir por ella. Era idealista, apasionado, pero había un lado suyo que le exigía que madurara, que creciera, y que tratara de construir algo. No podía seguir viviendo de ideales toda su vida.
Ella hacía el camino contrario: ya había sido muy idealista y apasionada en su vida, para luego haberse sentido más a gusto con una vida sin sobresaltos, y ahora extrañaba un poco más de idealismo y emoción. 
Iban en manos contrarias. Por ahí, justo por eso, se encontraban a medio camino.
Ella pensaba como pudo haber vivido tanto tiempo sin aquel amigo en su vida. Él pensaba que si bien esa amistad le hacia bien al corazón, nunca fue de nada ni de nadie, por lo cual, no le costaría perder esos momentos, si algún día los tuviera que perder. Los disfrutaría, mientras tanto. 
En algún punto de sus idealismos se encontraban: él la encontraba en aquel idealismo que de a poco iba abandonando, ella lo encontraba en aquel idealismo que de a poco iba recuperando. Estaban en momentos muy distintos de sus vidas, pero había un “no-se-que” que les unía. A ella, él le hacía acordar aquel tema de Alejandro Sanz, “Donde Convergemos”: “No lo dejes para después, tampoco no vaya a hacer antes del tiempo, todas las cosas tienen su momento, ¡búscalo!, ese momento exacto, ese punto donde convergen los sueños, donde converge lo nuestro, donde convergemos”.

Y así ambos creían que era la vida, ambos estaban seguros que todos convergemos en algún punto, que siempre habrían puntos de afinidades en todas las relaciones que quisiéramos entablar. La diferencia es que él no estaba muy interesado en entablarlas, y ella sí. 
La noche avanzó. Cuando se dieron cuenta, eran las 4 de la mañana, la mayor parte de sus amigos se habían ido, y ellos seguían con mucho por charlar. Un tema llevaba al otro, que llevaba al otro, que llevaba a un tercero. El teléfono de él sonó. Ella sabía que sería su pareja, pero era un mensaje que él no contestó. Ella sabía que se acercaba su momento de partir “in so many ways”. Ella también tenía que irse, pero no quería. Pensó en cuantas cosas le podía decir, pero que nunca se las diría, en parte porque creía que él ya las sabía, en parte por cobardía. Y en ese pensamiento se acomodó.
Él, de alguna manera, se sentía grato por no llegar nunca a conocerla completamente. Eso evitaría que repensara a su vida y se cuestionara muchas cosas, evitaría confusiones, decisiones, conflictos.
Se despidieron, como grandes amigos, seguros de que aquel sería uno de sus últimos encuentros, agradecidos por eso, y tristes a la vez...

sábado, 19 de marzo de 2011

Mãe de adolescente

Filha adolescente é fogo... eu to estreiando no papel de mãe de adolescente. Como agir? Sigo o coração, faço o que penso que é o melhor para manter as coisas “sob controle”, se é que é possível manter algum adolescente sob controle. Hoje minha casa se encheu de amigas da minha filha, todas adolescentes. Sentei com elas para conversar. Fazer o que? Sairam para comprar bebida escondida no quiosque. Disseram que iam comprar chiclete. Não acreditei, óbvio. Levei minha filha pra cozinha e perguntei o que tinham ido comprar. De cara ela me disse, não mentiu. Ponto para ela. Tive o privilegio de ser premiada com a verdade. O que eu fiz? “Bebam aqui, vai beber escondido pra que?”. Antes, obviamente, inspecionei a bebida. Queria ver se era forte... Tomaram, conversamos, fiz mil perguntas, e elas me acharam “o máximo”. Que achem! Melhor se eu as tiver “por perto”. 
Sai daqui para leva-las a boate. Ao chegar lá, uma delas vomitou - e muito! O que fazer? Levo de volta...? Minha filha só me agradecia. Não entendi ainda o que ela agradecia. Terá sido a minha presença? Eu não brigar com ela? Minha unica condição para ela é que a verdade seja dita sempre. E enquanto a verdade for dita, eu vou dando liberdade, aos poucos. No dia em que eu pegar uma mentira, corto tudo, ela sabe disso. Quer beber? Beba, com responsabilidade. Sempre a lembro que ela tá por conta dela na noite e que se ela estiver inconsciente, será pior pra ela, e só pra ela. Eu não estou lá para defende-la, portanto, ela precisa poder fazer isso sozinha. E ela parece entender, tem parecido responsavel...
Não tenho como controlar nem proibir nada, essa é a verdade. E antes que ela faça o que quiser longe dos meus olhos, que faça com medida perto. Se não tenho como impedir, quero pelo menos acompanhar. E sei que pros filhos a “benção” da mãe é importante. Portanto, essa é a “troca”: eu dou a minha benção em troca da verdade, e sempre que ela cumprir o combinado. A idéia é que ela vai pedir muito, eu vou oferecer muito menos, e vamos chegar a um meio termo. Se esse é o caminho? Nem idéia. É a primeira vez que vivo isso. Depois eu venho aqui e conto se essa “fórmula” serve...

Madre de adolescente

Hija adolescente es terrible... Estoy debutando en el papel de madre de adolescente. ¿Cómo actuar? Sigo a mi corazón, hago lo que creo ser mejor para mantener las cosas "bajo control", si es que es posible mantener bajo control algún adolescente. Hoy mi casa estaba llena de amigas de mi hija, todas  adolescentes. Me senté a hablar con ellas. ¿Qué podría hacer? Salieron a comprar bebida escondidas en el kiosko. Dijeron que iban a comprar chicle. No las creí, óbvio. Agarre a mi hija en la cocina y le pregunte que habían ido a comprar. De una me dijo, no me mintió. Punto para ella. Tuve el privilegio de haber sido premiada con la verdad. ¿Qué hice? "¡Que la tomen acá, si la van a tomar escondidas!". Antes, por supuesto, inspeccioné la bebida. Quería ver si era fuerte... Tomaron, charlamos, les hice mil preguntas... me decían "grosa". Mejor, si eso me las mantiene "cercas".


Salgo de acá para llevarlas al boliche. Al llegar allá, una vomita terriblemente. ¿Qué hacer? La llevo de vuelta...? Mi hija sólo me agradecía... No entiendo todavía porque... ¿Por mi presencia? ¿Por no enojarme? Mi única condición es que la verdad sea dicha siempre. Y sí eso se cumple, le voy dando libertad de a poco. En el día que me entere de una mentira, lo pierde todo, y ella lo sabe. ¿Queres tomar? Toma, pero con responsabilidad. Siempre le hago acordar que ella está por su cuenta cuando sale, y si está inconsciente, será peor para ella, y sólo para ella. Yo no estoy para defenderla, por lo tanto, ella debe de ser capaz de hacerlo sola. Y ella parece entender, parece tomarlo con responsabilidad...


No puedo controlar o prohibir cualquier cosa, esa es la verdad. Y antes de que ella haga lo que quiera lejos de mis ojos, prefiero que lo haga cerca. Si no puedo impedir, quiero por lo menos acompañar. Y sé que para los hijos tener la "bendición" de la madre es importante. Así que este es el "intercambio": le doy mi bendición a cambio de la verdad, y siempre que se cumpla lo que acordamos. Ella siempre va a pedir mucho, yo voy a ofrecer muy poco, y ahí llegaremos a un punto medio. ¿Si este es el camino? Ni idea. Es la primera vez que lo recorro. Luego volveré acá a contar si esta "fórmula" sirve...

jueves, 17 de marzo de 2011

¿Con cuantas palabras se dice lo suficiente?

Entre canciones de Kid Abelha, se encontró pensando en la importancia de los amigos en su vida, y se dio cuenta de la tristeza que de a poco se iba asomando cuando ella pensaba que, en algún momento, los dejaría de tener en su rutina.
Pensó acerca de cómo vivió su vida intensamente, intensamente se dio a la gente que entró en su vida, y no se arrepentía. Lo hacía con miedo, es cierto, pero lo hacía. A veces le salía mal. "Te tenes que cuidar más", le decía su mama. Pero no podía hacerlo. Creía que para no darse entera, era mejor no relacionarse. Y cosechó los frutos de su elección, los buenos y los podridos. De alguna manera, se sentía orgullosa de esas cicatrices, y pensaba que los que hicieron mal uso de su entrega, perdieron la oportunidad de tener una gran amiga. No perdía nada con donarse. Se desilusionaba, pero perdieron más los que dejaron de ser parte de su vida. Lo pensó sin arrogancia, con la certeza absoluta que no era el mejor de los seres humanos, pero que era una gran amiga, tenía un gran corazón, y sintió que, finalmente, eso era valorado, le daba retorno. ¡Al fin!
"A lo mejor así son las cosas", pensó, "por ahí perder es parte de ganar, por ahí tenemos que perder un millón de veces para ganar una". Pero la vez que ganamos compensa las miles de perdidas.
Sabía que mucha gente no se daba por miedo a lastimarse, y no pudo dejar de pensar en estas personas como "partes", "mitades", que nunca se terminarían de construir por los demás, que no se renovarían ni se eternizarían en aquellos que le cruzaban el camino, porque se protegían, eran emocionalmente mezquinos, no se entregaban.
Estaba segura de que no tiene precio una mirada sorprendida, una visita inesperada, una sonrisa espontánea como regalo. ¿Valía la pena renunciar a eso por una vida predecible y controlada? Había muchas formas de sentirse entera, muchos lugares para sentirnos en casa, y ella nunca lo hubiera sabido si no se hubiese arriesgado.
Andaba más callada de lo habitual, y no era porque no tenía nada que decir, sino porque buscaba las palabras adecuadas, el momento adecuado... Había algo de tristeza en sus ojos, le decían sus amigos, y si bien podía encontrar muchas razones para sentirse triste, no podía terminar de decidir cual era la “correcta”. Tal vez todas, tal vez alguna en que no había pensado. Tal vez la muerte de los sueños, la espera de una nueva realidad. Tal vez...
Pensó en las analogías que hicieron sobre su vida y en cuánta verdad había en ellas: avión a toda velocidad, no correr adentro del avión, sentarse y ponerse en marcha para que la velocidad no la mareara...
Pensaba sobre las cosas que a veces suceden en nuestras vidas y en cómo muchas veces nos preservamos de ellas bajo el argumento de que son "situaciones sin futuro". ¡Cuántas veces lo ha escuchado de sus amigas en sus tiempos de soltería...! Se preguntó si el futuro es algo que existe realmente, si todo no era tan sólo una secuencia de momentos presentes, si el futuro no era sólo un concepto. Pensó en las veces que vivió la vida como ésta se le presentaba, y en las veces en que su decisión le hizo daño. Pero también se preguntó si podíamos elegir siempre que vivir. No sabía, estaba confundida. Quería escribir algo hermoso y se dejaba llevar por sus manos sólo para darse cuenta de que se estaba escondiendo detrás de sus palabras más que exponiendose, y eso no era lo usual...
Contaba sus historias en primera persona, en tercera persona, sólo no era buena para contar una historia que no fuera suya. Pero hay personas que cuentan historias que parecen proyectadas, y nunca llegamos a saber si están hablando de ellas mismas o del personaje que mencionan.
Con el pensamiento sin orientación, se acordó que tenía una decisión para tomar, o para repensar. Ya había decidido, y le cuestionaron, le hicieron repensar, y a ella le atraía dejarse llevar por una nueva decisión, pero no sabía si quería. Sin embargo, le gustaba que le hubiesen llevado a repensarlo.
Pensó en las cosas que valoraba en su vida y se dio cuenta de que, para ella, sólo tenía valor las cosas que tenían un corazón. "La felicidad sólo es felicidad cuando compartida", había escuchado en una película. Creía profundamente en eso.
Entre papeles, recordó el momento en que vivía en otro lugar, tenía otro auto, escuchaba otras músicas, y en cómo era creativa. Escribía sobre autos, sobre faros y sobre esquinas. Hablaba de personas que se encontraban, personas que se perdían, personas que lloraban. Hablaba de ella misma, de los demás, de todos y de nadie. Probablemente tenía más talento con las palabras en ese entonces, y era menos feliz con el corazón. Sin embargo, eses cuentos le llenaban de orgullo. "¿Cómo podía escribir cosas tan bellas?"
Pensó en su tarde con su amiga, y en cuánto ella la conocía."¡Qué lindo es ser conocida por alguien!". Se preguntó si no era por eso que escribía, porque se quería dar a conocer a quién realmente se interesara. Pensó en su familia que estaba lejos, en su querido hogar, en su futuro hogar... futuro que no existe, y sin embargo, tiene que ser pensado.
Y así siguió revoloteando entre pasado y futuro, entre sábanas y sillones, entre decisiones y revisiones. Su mundo podía ser enorme y solitario, o podía ser super poblado y acogedor. Todo cambia de un momento a otro. Pensó que el silencio puede significar un millón de cosas, así como puede ser solo silencio, afilado, ácido silencio. Y que a veces no hay palabras suficientes para llenar un mundo y hacerlo acogedor. A lo mejor, por eso existen canciones...

Com quantas palavras dizemos o suficiente?

Entre músicas do Kid Abelha, ela se pegou pensando na importância das amigas em sua vida, e percebeu a tristeza que ia gradualmente tomando conta dela quando pensava que, em algum momento, deixaria de te-las em sua convivência. 
Pensou no quanto vivia a sua vida intensamente, se dava intensamente as pessoas que entravam em sua vida, e não se arrependia. Se dava com muito medo, era verdade, mas se dava. As vezes, se arrebentava. “Você tem que se preservar mais”, dizia sua mãe. Mas ela não podia, não sabia fazer isso. Pensava que para se relacionar pela metade, era melhor não se relacionar. E colhia os frutos disso, os bons e os podres. De alguma maneira, se orgulhava dessas cicatrizes, e pensava que aqueles que fizeram mal uso de sua entrega, perderam a oportunidade de ter uma grande amiga. Não perdeu nada se doando. Se desiludiu, mas perderam mais aqueles que deixaram de te-la em sua convivência. Pensava isso sem arrogância, com a certeza absoluta de que não era o melhor dos seres humanos, mas era uma grande amiga, tinha um grande coração, e sentia que isso, finalmente, era valorizado, dava retorno. Finalmente.
“Talvez seja assim mesmo”, pensou, “talvez perder seja parte de ganhar, talvez tenhamos que perder um milhão de vezes para ganhar uma”. Mas aquela vez que ganhava, compensava o milhão que havia perdido.
Sabia que muitos não se davam por medo de se machucar, e não pode deixar de pensar nessas pessoas como “partes”, “metades”, que nunca se deixam terminar de construir por terceiros, que nunca se renovam nem se eternizam naqueles que encontram, porque se protegem, são emocionalmente mesquinhos, não se entregam.
Ela estava certa de que não tinha preço um olhar surpreso, uma visita inesperada, surpreender alguém e ser presenteado com um sorriso. Valia a pena renunciar a isso por uma vida previsível e controlada? Havia muitas formas de se sentir inteira, muitos lugares nos quais podemos nos sentir em casa, e ela nunca teria descoberto isso se não tivesse arriscado.
Ela andava mais calada do que o usual, e não era porque não tinha nada para dizer, mas sim porque estava buscando as palavras certas, o momento certo... Havia alguma tristeza em seu olhar, notavam seus amigos, e se bem podia encontrar muitas razões para sentir-se triste, não podia terminar de decidir qual era a real. Talvez todas, talvez alguma em que não tinha pensado. Talvez a morte dos sonhos, a expectativa de uma nova realidade. Talvez....
Pensava em analogias que tinham feito a respeito de sua vida e quanto de verdade havia nelas: avião em alta velocidade, não correr dentro do avião, sentar no avião e deixar-se levar para que a velocidade não a deixasse tonta... 
Pensava nas coisas que as vezes ocorrem em nossas vidas e no quanto nos preservamos delas sob o argumento de que são situações sem futuro. Quantas vezes escutou isso de suas amigas em seus tempos de solteira... E se perguntou se o futuro era algo que existia realmente, se tudo não era apenas uma seqüência de momentos presentes, se o futuro não era apenas um conceito. Pensou em quantas vezes viveu o presente como ele se apresentou, e ainda assim, algumas vezes essa escolha a machucou. Mas pensou também que nem sempre era uma escolha viver ou não algo. Ou era? Estava confusa. Queria escrever algo lindo e se deixou levar por suas mãos só para se dar conta de que estava se escondendo detrás de suas palavras mais do que se expondo, como fazia sempre...
Contava suas histórias em primeira pessoa, em terceira pessoa, só não era boa para contar uma história que não fosse sua. Mas tem gente que conta histórias que parecem projetadas, e a gente nunca chega a saber se estão falando delas mesmas ou se estão falando do personagem que mencionam. 
Com o pensamento sem direção, lembrou que tinha uma decisão a tomar, ou a repensar. Já tinha se decidido, e a questionaram, a fizeram repensar, e ela teve vontade de se deixar levar por uma nova decisão, mas não sabia se queria. Ainda assim, gostava de ter sido levada a repensar. 
Pensou no valor que dava as coisas da sua vida e se deu conta que, pra ela, só tinha valor as coisas que tivessem um coração. “A felicidade só é felicidade se for compartilhada”, ouviu em um filme. Acreditava profundamente nisso.
Entre papéis, lembrou da época em que morava em outro lugar, tinha outro carro, escutava outras músicas, e no quanto era criativa. Naquela época escrevia sobre carros, faróis e esquinas. Falava sobre gente que se encontra, gente que se perde, gente que chora. Falava dela, dos outros, de ninguém e de todo mundo. Provavelmente era mais talentosa com as palavras, e menos feliz com o coração. Mesmo assim, aqueles contos a enchiam de orgulho. Como podia escrever coisas tão lindas?
Pensou em sua tarde com sua amiga, e no quanto essa amiga conhecia dela. “Que delicia é ser conhecida por alguém!”. Se perguntou se não era por isso que escrevia, porque queria se deixar conhecer por quem se interessasse verdadeiramente por ela. Pensou em sua família distante, em seu amado lar, em seu futuro lar... futuro, que não existe, e ainda assim, tinha que pensar nele.
E assim continuou borboleteando entre passado e futuro, entre sofás e lençóis, entre decisões e revisões. Seu mundo podia ser enorme e solitário, assim como podia ser super povoado e aconchegante. Tudo mudava momento a momento. Pensou que o silêncio podia dizer um milhão de coisas, assim como pode ser só silêncio, cortante, ácido silêncio. E que as vezes, não haviam palavras suficientes para encher um mundo e torná-lo aconchegante. Talvez por isso existam as canções...

jueves, 10 de marzo de 2011

¿Qué hay de tan especial en un recital de Alejandro Sanz?

Sonará un exagero, pero no hay experiencia como la de estar en un recital de Alejandro Sanz. Ya lo he visto en 4 ocasiones, la primera en Brasil, en el 2004. Era una casa chica, para 3000 personas, como mucho, y yo estaba sentada en la primera fila con mi mama, Javi y una de mis mejores amigas (argentina y fanática de Alejandro). Fue una súper experiencia! El lanzaba su CD “No Es Lo Mismo”, y yo vibraba: lo había visto solo en DVD. Baile mucho, sentada la mayor parte del tiempo porque allá él no tiene la popularidad que tiene acá. Bailamos “juntos” (él desde el escenario, yo justo ahí abajo, adelante de él), saque muchas fotos muy de cerquita, fue lo más. Pero soñaba con el día que le podría ver en vivo en un estadio, con toda la gente cantando sus temas, vibrando, como veía en sus DVDs. Y tuve esa oportunidad en Argentina dos veces, la primera en el 2007, en la gira de “El Tren de los Momentos”, en un momento en que yo no estaba bien conmigo misma y con mi vida. Y él tampoco con la suya, como podíamos acompañar por los diarios (se separaba, el papa se le moría...). Pero vine de Brasil solo para verlo! Fue una emoción tremenda. La canción que más me marcó en ese recital fue “Donde Convergemos”, cuya letra me sigue diciendo mucho (http://www.youtube.com/watch?v=RPIsR6Jy8HI). Fue en el River. 
La segunda vez, el año pasado, ya en otro momento de su vida (y yo de la mía), lo fui a ver en la gira de “Paraíso Express”. Él arrancaba en las redes sociales, se había recuperado de un par de años de muchos momentos malos, y yo también. “Renacíamos juntos”. Su CD “El Tren de los momentos”, el anterior, reflejaba su momento, y creo que a la gente eso no le atrajo mucho, así que perdió mucho público. Pero el año pasado, él (así como yo) volvió con todo. Hizo 2 Velez. Fue lindo. Siempre me compre las entradas mas caras para estar lo mas próxima al escenario posible, pero en estadios eso siempre resulta complicado. Fue entonces que a fines del año pasado me entere que él haría un concierto, o mejor, cuatro, en el Luna Park. Me compre nuevamente las mejores entradas, y me quede en la fila 17, bastante más cerca que en cualquier de las veces anteriores. 
Y, como siempre, estuvo muy bueno. Leí una entrevista suya para el La Nación en donde él decía que la idea de hacer 4 Luna Park venía de su deseo de estar más próximo a la gente, que él deseaba esa interacción. Y realmente fue eso lo que entrego.
Como persona pública, en relación a aquello que él deja conocer, me encanta el respeto que tiene por su publico: sus recitales nunca empezaron con más de 10 minutos de atraso, por lo menos no desde que yo lo acompaño en sus giras. El del Luna, el sábado, empezó puntualmente las 21h30, y eso me parece un detalle hiper importante. Para mi habla mucho de como él, como artista, se posiciona ante aquellos que pagan para ir a verlo. 
En el escenario, su carisma es impresionante. Él les habla a la gente todo el tiempo. Otro episodio que me llamo mucho la atención fue un tema que incluyo en el repertorio, porque después de su recital en el Velez el año pasado, mucha gente le escribió quejándose que no había cantado “Nuestro Amor Será Leyenda”. Entonces, en el Luna, él la cantó avisando que la dedicaba a toda la gente de las redes sociales que le había pedido tanto (http://www.youtube.com/watch?v=1B01HW92f28). No es una música que a mí me diga mucho, pero su actitud estuvo, simplemente, irretocable. 
Más allá de su lado de involucrarse con causas sociales (eso no me llama tanto la atención porque muchos cantantes y actores hacen lo mismo), me gusta la manera como escribe, porque es fiel, muy fiel a lo que siente. Y para mi eso también es una forma de demonstrarle cariño y respeto por su publico. Se rehusa a hablar de su vida personal en entrevistas, pero cuando le pusieron en evidencia con los chantajes que estaba recibiendo de ex-empleados, fue a publico y aclaro todo, bancándose todas las consecuencias que aquello tendría (y tuvo) en su vida personal.
Amo su sinceridad para escribir, me identifico con su forma. Escribe con el corazón, como yo. Por eso su CD “El Tren de Los Momentos” no tuvo tanto éxito: lo escribió desde la tristeza y de la “depresión”. Y a la gente le gusta más los finales felices, no están preparadas para los bajones de sus ídolos... Yo lo adoro aún más por eso, porque es humano, más allá de todo, y no lo esconde.
Sabemos que lo que él muestra en el escenario es lo que es, es como está, como se siente. Él no habla de su vida personal, pero leemos sus letras y entendemos a que apunta su vida, como se siente en aquel momento en especial, como está parado. Me identifico mucho con eso. Escribir así requiere mucha exposición de cuerpo y de alma, como él menciona en su tema “Cuando Nadie Me Ve” (http://www.youtube.com/watch?v=8AwEwQ08pxY&feature=fvwrel), requiere mucha sensibilidad y mucho coraje. Es una declaración de “amame o dejame, pero tomame por lo que soy”. Y yo también funciono así. Por eso, amo a quien es como personaje publico, como cantante! Ir a sus recitales no es más que un placer increíble que no tiene precio. O mejor, tiene: por eso, Mastercard lo paga! :-)

O que tem de tão especial um show do Alejandro Sanz?


Parecerá exagero, mas não há experiência igual a estar em um show do Alejandro Sanz. Eu o vi em 4 ocasiões, a primeira no Brasil, em 2004. Era uma pequena casa, para 3000 pessoas, na melhor das hipóteses, e eu estava sentada na primeira fila com a minha mãe, Javi e uma das minhas melhores amigas (Argentina, e fã número 1 do Alejandro). Foi uma super experiência! Ele lançava o CD "No es lo mismo" e eu vibrava: só o tinha visto em DVD. Dancei muito, sentada a maior parte do tempo, porque lá ele não tem a popularidade que tem aqui. Dançamos "juntos" (ele no palco olhando pra mim, e eu lá na frente dele, olhando pra ele), tiramos muitas fotos de pertinho, foi o máximo. Mas eu sonhava com o dia em que o veria ao vivo em um estádio, com todo mundo cantando suas músicas, vibrando, como se vê em seus DVDs. E eu tive essa oportunidade na Argentina duas vezes, primeiro em 2007, em sua turnê com "El Tren de los Momentos", num momento em que eu não estava bem comigo nem com minha vida, e que ele também não estava bem com a dele, como se acompanhava pelos jornais (se separando, a morte do seu pai...). Mas eu vim do Brasil só pra vê-lo! Foi uma emoção tremenda! A música que mais me marcou nesse show foi "Donde Convergemos", cuja letra continua me dizendo muito (http://www.youtube.com/watch?v=RPIsR6Jy8HI). Foi no River. 
A segunda vez, no ano passado, ele em outro momento de sua vida (e eu da minha), fui ver a turnê de "Paraíso Express". Ele havia debutado nas redes sociais, tinha se recuperado de um par de anos muito ruins em sua vida, e eu também estava me recuperando dos meus próprios problemas. "Renascemos juntos". Seu CD "El Tren de los Momentos", anterior, refletia o seu momento, e eu acho que isso não atraiu muito as pessoas, o que o levou a perder publico. Mas no ano passado, ele (e eu) voltou com tudo. Encheu dois estádios do Velez. Foi muito bom. Eu sempre compro os bilhetes mais caros para ficar o mais próximo do possível do palco, mas é sempre difícil em estádios. Foi então que, no final do ano passado eu descobri que ele iria fazer um show, ou melhor, quatro, no Luna Park. Comprei os melhores ingresso de novo, e fiquei na fila 17, muito mais próximo do que em qualquer das ocasiões anteriores.
E, como sempre, foi ótimo! Li uma entrevista com ele para o jornal argentino La Nación, onde ele disse que a idéia de fazer 4 Luna Park veio de seu desejo de estar mais perto das pessoas, ele queria que houvesse interação. E realmente foi isso que ele entregou.
Como uma pessoa pública, em relação ao que ele nos permite saber, eu amo o respeito que tem pelo seu público: seus shows nunca começaram com mais de 10 minutos de atraso, pelo menos desde que eu o acompanho em turnês. No Luna, no sábado, o show começou 21:30 em ponto, e eu acho esse detalhe hiper importante. Para mim, fala muito sobre como ele, como artista, está posicionado ante aqueles que pagam para ir vê-lo.
No palco, seu carisma é impressionante. Ele fala com as pessoas o tempo todo. Outro episódio que me chamou a atenção foi um tema incluído em sua lista de músicas, porque depois de seu recital no Velez ano passado, muita gente escreveu para ele se queixando que ele não tinha cantado a música "Nuestro Amor Será Leyenda”, do novo CD. Então, no Luna, ele cantou e avisou ao público que aquele tema era dedicado às pessoas das redes sociais que havia pedido a ele por essa canção (http://www.youtube.com/watch?v=1B01HW92f28). Essa não é uma música que me diga muito, mas sua atitude foi simplesmente irretocável.
Independente do seu lado humanitário, de quem se envolve com causas sociais (o que não me atrai tanta atenção, já que muitos cantores e atores fazem isso), eu amo a maneira como ele escreve, porque ele é verdadeiro, é muito fiel ao que sente. E para mim isso também é uma forma de demonstrar carinho e respeito por seu público. Ele se recusa a comentar sua vida pessoal em entrevistas, mas quando veio à tona a história da chantagem que ele estava recebendo de ex-funcionários, ele veio a público e explicou tudo, assumindo todas as conseqüências que isso teria (e teve) em sua vida pessoal.
Adoro sua sinceridade para escrever, me identifico com isso. Ele escreve com o coração, como eu. É por isso que seu CD "El Tren de Los Momentos", não foi tão bem-sucedido: ele escreveu desde sua tristeza e "depressão". E a maioria das pessoas gosta de finais felizes, a maioria não está pronta para as quedas emocionais dos seus ídolos... Eu o amo ainda mais justamente por isso, porque ele é humano, acima de tudo, e não se esconde.
Sabemos que o que ele mostra no palco é o que ele é, é como se sente. Ele não fala sobre sua vida pessoal, mas basta lermos as letras de suas músicas para compreender sua vida e como ele se sente naquele momento em particular. Exatamente como faço com o que publico no meu blog. Escrever requer muita exposição de corpo e de alma, como ele menciona em sua canção "Cuando Nadie Me Ve" (http://www.youtube.com/watch?v=8AwEwQ08pxY). Ele canta fazendo uma declaração de "me ame ou me deixe, mas isso é o que sou". E eu também funcionou assim. Portanto, amo quem ele é como figura pública, como cantor! Ir aos seus shows é uma experiência incrível, que não tem preço. Ou melhor, tem, porque Mastercard paga! :-)