NOVO ENDEREÇO WEB: // NUEVA DIRECCIÓN WEB:

Nosso site mudou de endereço. Clique AQUI para visitar-nos! // Nuestro sitio cambió de dirección web. ¡Haga clic ACÁ para visitarnos!

lunes, 28 de marzo de 2011

¿Cuánto vale una persona? Evalua su valor por los amigos que tiene

Mi madre no puede entender la fascinación que tengo por los amigos de mi vida. Y el hecho de que ella no lo pueda entender me hizo pensar acerca del tema. Me estoy yendo de Buenos Aires, después de casi cuatro años acá, y si bien tuve muchos logros materiales, el bien más grande que llevo son los buenos momentos que compartí con los amigos que me hice acá, esas personas que están conmigo cuando estoy cerca y aún más cuando saben que me voy. Eses que están presentes físicamente, por correo electrónico o por teléfono, pero que, de alguna manera, ponen mis deseos y mi felicidad antes de las suyas: ellos no quieren que yo me vaya, pero saben que estoy realizando el sueño de mi vida. Por lo tanto, cuando digo que no quiero ir, ellos me impulsionan para que yo me vaya, me hacen acordar que estoy cumpliendo un sueño antiguo, no dejan que me pierda en reminiscencias   ni que me pierda de mi objetivo. Amigos que están conmigo porque así lo desean, no porque existan otros lazos que los obligue. Amigos, amigos, amigos.
Entonces, volviendo a la pregunta de "¿por qué los amigos tienen un valor tan enorme para mí?", después de pensar mucho llegué a una conclusión: tiene que ver con el hecho de poder elegir. Los amigos nos eligen a nosotros y nosotros los elegimos a ellos. No tenemos ninguna obligación con ellos, ninguna más allá de aquella que nuestro corazón nos pide, nos demanda. Si hacemos algo por ellos, ellos lo reciben con gusto. Si no lo hacemos, se pueden sentir tristes, seguramente se sentirán, pero te seguirán eligiendo si creen que vos vales la pena. Estamos juntos, porque así lo elegimos. El amor de la familia es un amor que siempre está, y muchas veces, ni eso... Somos familia, pero... ¿mi mama me hubiese elegido como hija? Ojalá que sí... pero sabemos que no siempre nos elegimos cuando somos parientes. Ya los amigos son una elección que hacemos, o no, todos los días.
Creo incluso que me volví una mejor hija para mi mamá cuando empecé a verla como más como una amiga que como una madre. Como amigo, no hay culpas ni obligaciones. Como padres, hijos, hermanos, sí, la tenemos que pelear mucho para librarnos de una serie de culpas sobre cosas que “deberíamos de hacer”. Y lo que deberíamos realmente era poder elegir siempre las personas de nuestras vidas, incluso los hijos, padres, parientes. No podemos elegir los vínculos de sangre, pero podemos elegir y construir los afectos. Ojalá que mis hijas, cuando crezcan, me elijan en sus vidas. Pero espero que no se sientan obligadas hacia mí porque yo les di la vida. Por pensar así, yo trabajo en estos vínculos con ellas todos los días, desde la hora que me despierto hasta la hora que me voy a dormir. Quiero elegirlas y ser elegida por ellas, así como quiero elegir y ser elegida por mi marido todos los días. Y quiero seguir eligiendo mis amigos a cada nuevo amanecer.
No creo que nada en la vida está dado. Nada “es porque es”. Todo es una construcción y una elección. Hoy puedo decir que todas las personas que son parte de mi vida, así lo son porque yo las elegí. Actualmente, también me siento mucho más cerca de mi mama, pero no espero que ella me ame por ser mi madre. Espero que ella me ame por el ser humano que soy, y que me deje de amar cuando yo deje de ser una persona que se importa, que la cuide, que la escuche. O que me pueda perdonar cuando yo no lo haga y me siga eligiendo por las otras cosas buenas que yo aporto a su vida.
A lo mejor yo soy una persona tan libre, que me tengo que saber dueña de mis relaciones. Y creo que las relaciones que son establecidas en estas bases son más saludables, son más cuidadas y mejor amadas. Creo que el valor de un ser humano está dado por los vínculos que él es capaz de construir, no por su patrimonio o inteligencia. Obviamente este texto es redactado por una acuariana con Júpiter en la casa 11 (la casa de dos amigos) jaja. Es decir, lo escribe una persona que cree que los vínculos que establecemos por libre elección, en donde prevalece el amor espontáneo, son los mejores. No todos estarán de acuerdo conmigo. Pero... ¿qué hacer? Esa soy yo. Amáme, o dejáme. ¿Será viable para quien me lee amar a alguien así? :-)

No hay comentarios.: