NOVO ENDEREÇO WEB: // NUEVA DIRECCIÓN WEB:

Nosso site mudou de endereço. Clique AQUI para visitar-nos! // Nuestro sitio cambió de dirección web. ¡Haga clic ACÁ para visitarnos!

martes, 8 de marzo de 2011

Carta a mi misma


¡Hola! ¿Como estás? Tanto tiempo...
Escribo porque hoy estaba revisando algunos CDs de viejas canciones, y me acordé mucho de vos. Te extrañe, y tuve que escribirte.
Decime que desde algún lugar allá afuera me mirás, sorprendida por lo mucho que creci, madure, cambie. Me corté el pelo, me lo teñi, engordé, gané unas cuantas arrugas de las muchas sonrisas que di en los ultimos años, y otras tantas de las muchas lágrimas que lloré... Decime que has seguido con tu vida, pero que a veces pensas en mí y te preguntas por donde ando, que hago... Decime que la nostalgia no es solo mía, que vos también miras hacia adelante buscandome a mí como yo miro hacia atrás buscandote a vos.
Nunca nos perdimos, lo sé: yo te abandoné. Porque llegó un momento en que ser vos ya no me convenía más. Pensábamos muy diferente, no estábamos en sintonía. Yo ya no podía vivir esa vida tan intensa y emocionante, tan llena de altibajos que vivíamos juntas. Nos teníamos que perder la una de la otra para que siguiéramos creciendo. ¿Vos creciste? ¡Yo sí! Pero eso no quita que muchas veces te extrañe, como hoy, acá, ahora, revisando músicas del pasado. Al final, vivimos tantas cosas juntas... Eras vos, sólo vos quien estaba allá por mí en los mejores y en los peores momentos. Sé que no eras perfecta, pero en ese momento eras todo lo que yo tenía, y me serviste... compartimos grandes experiencias juntas, fuimos muy felices, y también lloramos juntas muchas veces. Tenemos historias que contar... y si bien es cierto que esas historias me sacaron más lágrimas que sonrisas, no puedo negar que fueron historias verdaderas, sinceras, plenas.
Y ¿sabes?, la vida adulta no suele ser tan intensa. Es más blanco y negro, sin los colores fuertes... prevalecen los tonos de beige y los grises. ¡Y eso no es malo! No te asustes ni tengas miedo a crecer por eso. De hecho, cuando crecemos no tenemos la misma fuerza para hacer frente a tantos colores que cambian tanto todo el tiempo, y ahí realmente buscamos los tonos más pasteles. Pero sí, a veces echo de menos tener mi corazón saltando en la boca, ilusionarme con cosas tontas que nunca se van a materializar, ser boba, medio adolescente segura que ya soy grande... ¿Vos seguis así? Yo tuve que crecer. De lo contrario, ¿cómo podría crear a mis hijas? Necesitaba terminar de crearme a mí misma para poder crearlas a ellas. Y crecer también significa dejar atrás tanta intensidad a cambio de un poco de paz. Eso no quiere decir que yo no tenga sueños y que viva una vida una pálida. ¡No! ¡No me malinterpretes! Pero yo ya no soy la adolescente que vos eras... ya no podría acompañarte en esa montaña rusa de emociones que vivis, esa es la verdad.
Y sé que puede parecer que yo te dejé atrás y que dejé atrás todo lo que vivimos juntas, pero... ¿sabés que no? Tanta experiencia, tanto amor y desamor, tantas risas y tantas lagrimas sirvieron para hacer de mi corazón un ser hablante. Él habla todo el tiempo, no puede dejar de hablar... siempre marca su presencia en el mundo. Y hace que yo me siente acá tratando de traducir lo que él me dice todo el tiempo, tratando de poner en palabras lo que él susurra en forma de emoción en mi oído. Y esto es gracias a vos y a todo lo que me ofreciste de VIDA.
Y tal vez por eso yo te eche de menos. A veces, doy gracias a Dios por haberte dejado en el pasado, a veces me mata lo que te extraño. Pero es bueno saber que siempre te puedo rescatar en mi memoria.
Espero que estés feliz, como yo. Recuerdo cuántas veces pediste, suplicaste por un poco de paz y tranquilidad, porque un montón de emociones todo el tiempo era complicado. Así como yo deseo, a veces, emociones que me saquen del piso. Pero así como yo no podría vivir con tu intensidad todo el tiempo, sé que vos no podrías vivir mi vida hecha más de secuencias que de sobresaltos.
Espero que también no te hayas olvidado de mí, y que no estés resentida de nuestra separación. Siempre volveré a vos de una o de otra forma, lo sabes. Siempre estarás presente, aunque sólo sea en las historias que cuento. Acordate que, de alguna manera, siempre serás parte de mí, y yo nunca te dejaré completamente. Somos dos, pero, después de todo, somos una: yo existo en potencia en vos, y vos estás adormecida adentro mío. Pero, a la vez, ambas estamos muy vivas.
¡Un beso! ¡No te pierdas!
Marcia

No hay comentarios.: