NOVO ENDEREÇO WEB: // NUEVA DIRECCIÓN WEB:

Nosso site mudou de endereço. Clique AQUI para visitar-nos! // Nuestro sitio cambió de dirección web. ¡Haga clic ACÁ para visitarnos!

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Vida de mujer es dificil!

Ser mujer es un placer. Sin embargo, es engorroso como el infierno. El otro día con mi psicóloga hablamos de eso. Debido a esta tendencia de tratar de entender la razón en el trasfondo de todo (si, porque creo que esta es una tendencia femenina), terminamos por tener que entender nuestros problemas emocionales, nuestras actitudes "insanas" (que no son pocas) y también los problemas y las actitudes de quienes nos rodean. ¿O soy sólo yo que hago esto? Porque cuando una amiga hace algo que no me gusta, trato de explicarme a mí misma por qué paso lo que paso, y a menudo, trato de explicárselo a ella también. Cuando mi marido hace algo contradictorio, en seguida pienso en lo que motivó su actitud, aunque este irada. Y siento que, por lo general, la gente es más "simple", mira tan solo lo obvio, hacia lo que tenemos ante nuestros ojos, y deja el resto afuera.

He intentado ser así. Juro que lo intenté. Pero no me sale. Está en mi naturaleza tratar de encontrar la razón detrás de las apariencias. Eso no me molesta exactamente, aunque a veces me deja agotada física y mentalmente. Pero, porque los demás son más objetivos que yo, cuando actúo de manera que no puedo entender, nadie trata de explicarme lo que realmente me motivó. Si se me tienen que enojar, se me enojan; si se tienen ofender, se ofenden; si se tienen que sentir heridos, se sienten. En otras palabras, y haciéndolo más simple, actúo con el mundo como si todos fueran mi hija de casi 15 años, y ellos actúan exactamente de la misma manera conmigo. Es coherente, es cierto, porque me devuelven lo que les doy... pero, para mí, no siempre es justo. O al menos yo no siento que lo sea.

Y lo que pasa, al fin, es que nosotras (las mujeres en general, o yo sola, no lo se) quedamos como súper independientes, autosuficientes, bien resueltas, cuando, en realidad, somos nada más que laburadoras incansables de la vida y de las relaciones. No sabemos nada de antemano, pero siempre tratamos de saber. No siempre podemos darnos cuenta de cosas obvias, pero de repente estamos dando vueltas con las razones por detrás de las razones de cosas extremadamente complejas. Mal comprendemos el caos hormonal que vivimos una vez al mes, con todas las consecuencias físicas y emocionales de este evento, pero tratamos de explicar el mundo, tratamos de explicar cabezas guiadas por otros corazones, infancias vividas por otras personas, y creo que, en el fondo, sólo lo hacemos porque esa es la manera que encontramos de justificar todo, o casi todo, lo que nos lastima.

Demasiado indulgentes? Puede ser... pero también puede ser apenas un profundo deseo de creer en la bondad detrás de acciones a veces mezquinas, a veces arrogantes, a veces egoístas. Puede que lo hagamos también sólo para mantener nuestra vida preservada: después de todo, si entendemos y perdonamos, no tendremos que hacer nada al respecto, aparte de hablar y confiar en un cambio. "En algún momento él/ella ha de entender que esto está mal..." En realidad, no veo nada de puro o angelical en esta tendencia a comprensión. Lo veo como algo humano. O mejor dicho, como algo femenino, demasiado femenina esa tendencia a la conservación, a actuar de manera maternal hacia gente que no son nuestros niños, a confiar, a creer, a esperar y a tratar de adaptarse.

¿Eso es malo? No necesariamente. Pero a veces llego al final del día extremadamente cansada, de esto no cabe duda...

No hay comentarios.: