NOVO ENDEREÇO WEB: // NUEVA DIRECCIÓN WEB:

Nosso site mudou de endereço. Clique AQUI para visitar-nos! // Nuestro sitio cambió de dirección web. ¡Haga clic ACÁ para visitarnos!

sábado, 30 de julio de 2011

La urgencia de vos

No se si para vos era importante verme a mi pero para mi era importante verte a vos. Y fue atendiendo a ese deseo inconsciente e inconsecuente que golpee insistentemente tu puerta, te busque incansablemente en tu trabajo, te llame hasta memorizar tu mensaje en el contestador electrónico. Porque más allá de lo correcto o de lo esperable, había una urgencia en mi alma que me pedía verte, aunque fuera de lejos; que me pedía tocarte, aunque fuera la mejilla; que me pedía mirarte, aunque fuera como amigo; que necesitaba tu mirada, aunque fuera de indiferencia.
Y fue por esa urgencia que me deje conducir. Y si después me auto condenaría diciéndome que soy una tonta, que me debería quererme más a mi y menos a vos, no importaba; y si después me arrepentiría encontrándome mil razones por las cuales no debería haber salido de mi camino en busca de vos, me daba lo mismo; y si después me recontaría la historia de como fue nuestro encuentro un millón de veces para probar a mi misma que aquella mirada, aquella sonrisa, aquel toque en el hombro quisieron decir algo en especial, no era importante; y si después, todo eso pasaría, yo no quería saber nada. Solo necesitaba encontrar una forma, cualquier forma, de hacer que mi camino se cruzara al tuyo, solo hoy, solo ahora, solo por un segundo, solo para tener algo con que seguir soñando cuando tu ausencia se volviera a imponer sobre mi existencia.
Y así fue que me desvié de mi destino para buscarte a vos. No salude a los amigos, no atendí a compromisos, me esquivé de vehículos en alta velocidad. Me corrí de shoppings, no pagué cuentas, me olvidé de los días y de las horas. Te busque en tu trabajo, en la casa de tus amigos, en la quinta de tus viejos, en el bar de la esquina, en la plaza del mate. Así fue que revolví la ciudad en busca tuyo, y sin encontrarte, me perdí y me olvidé de hacia donde iba yo. Me cansé y regresé a casa triste, desilusionada, sin verte, sin tocarte, sin mirarte, sin exterminar esa saudade que tenia de vos. Acepté que me quedaría sin nada, cuando nada ya era lo que yo tenía, y por lo tanto no había más a perder que la esperanza de que el balance algún día fuese superior a cero. Abandonaba al alma luchadora que no me abandonaba nunca, y le decía que era hora de que descansara, por lo menos en lo que respetara a las esperanzas de vos. Y así fue que cuando llegue a casa resignada y conformada con lo que la realidad me presentaba, te descubrí a vos en la solera de mi puerta esperándome solo para darme un beso y despedirme al fin....

1 comentario:

Gastön Pęcznik dijo...

¡Literatura muy refinada..! Te felicito marcia, cada día escribís mejor, cada día que pasa descubrís qué tan hondo podés llegarle al alma... Me encantó!