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domingo, 27 de febrero de 2011

"127 horas" y la capacidad de resistir

Ayer fui al cine ver 127 Horas. Más allá de todas las características intrigantes de la película, de lo fuerte que es y de que cuenta una historia real, una cosa me llamo mucho la atención en el personaje principal, Aron Ralston: él nunca desistió de resistirse a ser derrotado por la situación en que se encontraba. Él vivió una de las situaciones más adversas que un ser humano puede vivir. Estaba solo, en el medio de un cañón, había hecho lo posible para librarse de una piedra gigante que le ataba de la mano a una grieta en una montaña, pero nunca se miró a sí mismo como vencido por la situación.
Eso me tocó mucho en la película. Salí pensando que muchos de nosotros pasamos por la vida medio que desatentos. Nunca esperamos que algo así nos toque vivir, nos creemos inmunes, y de hecho, la mayoría no vive situaciones tan extremas, porque no arriesgamos a tal punto. Pero pienso en ese millón de desconocidos que viven allá afuera, en el mundo, que vivieron (y viven) situaciones terribles en sus vidas, como asaltos, violaciones, robos, asesinatos de entes queridos, y salieron adelante.
Muchas veces digo que mi vida se parece a una novela mejicana, con tanto drama, tantas cosas inesperadas, tantos finales felices, que realmente parece que fue inventada por una mente muy creativa. Pero es real. Y si bien yo también ya tuve que lidiar con temas que pensé que eran “demasiado” para ser superados, hoy ellos son a penas un recuerdo. Lo que me hace preguntar: ¿cuanto es “demasiado”?
Ante situaciones extremas, que nos superan, generalmente nuestro pensamiento es determinista, fatalista, trágico. Estamos seguros de que no podemos lidiar con lo que nos toca vivir, porque queremos interrumpir el sufrimiento ya, y eso no podemos. Y creo que lo que lo diferencia a Aron y la mayoría que vence lo invencible del resto de nosotros es justo ese pensamiento determinista, trágico, de que estamos vencidos: ¡ellos no lo tienen! O, si lo tienen, no se dejan dominar por ello. Eso Aron no mostró en ningún momento de la película, así como no lo mostraron los chicos que sobrevivieron a los Andes. Ellos esperaron... que la fuerza del evento disminuyera, que su fuerza para lidiar con el evento aumentara, que el tiempo pasara, que la ayuda llegara, que surgiera una solución... ellos simplemente esperaron.
En la película, cuando todos los intentos de Aron para librarse de la piedra fueron infecundos, él simplemente trató de mantenerse vivo. Aun sin cualquier control físico de la situación, él controla todo el tiempo su mente, repitiéndose a si mismo: “no pierdas las cabeza, Aron, no pierdas la cabeza”, casi como un mantra. Cuando se encontraba en el limite de sus fuerzas, a un paso de la muerte, le surgió la solución, y actuó con toda la bravura, fuerza -o desesperación- que pudo para llevarla a cabo. La llevó, se salvó. Resistió, hizo incansablemente una fuerza contraria a la situación que le oprimía. Entendió que no la podía vencer a la situación, pero no se entrego. Resistió. Y, al final, la venció.
Siempre tenemos que buscar estar mejor. Y algunas veces simplemente aceptar que por ahora no podemos hacer nada, sin que eso signifique una derrota para nosotros. Y la solución llega. Siempre llega... de una o de otra forma, llega... porque la vida no para, aunque uno no quiera seguir, ella sigue, y las cosas cambian. Personas entran en nuestras vidas, personas se van, y siempre está el tiempo, que tiene el poder de ser balsámico para la mayor parte de los dolores humanos.
Personas que vencen lo invencible no son personas especiales. Son personas como uno, que simplemente decidieron no dejarse derrotar. Hay problemas difíciles. Hay situaciones imposibles. Hay dolores que superan nuestra capacidad física y mental. Pero, en el tiempo, todo es superable. Aunque sea simplemente por la no aceptación de la derrota, por la espera de que un día aquel problema se canse de uno y le vaya a armar quilombos a otra persona...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy cierto Marcia,
aqui hay algo de la carta natal del protagonista y un pequeño comentario mio

http://astrotrans.blogspot.com/2011/02/127-horas.html

Feliz día y saludos.

Alejandro Luna