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jueves, 28 de octubre de 2010

Terapia ¿para quién?

¿Hace días me viene dando vueltas en la cabeza: todo el mundo realmente necesita terapia? No, perdón, la pregunta está mal formulada: ¿todo el mundo realmente puede beneficiarse de la terapia? Creo que lo vengo pensando desde que empecé a mirar la serie televisiva In Treatment, en donde se ve personas en terapia y el resultado de sus tratamientos. Mirar este proceso desde afuera me está dando otra perspectiva, que supera la de la estudiante de Psicología y la de la paciente.

Soy adepta del análisis desde hace 13 años. En este periodo cambie de analista, en algunos momentos deje de ir, en otros fui religiosamente, y hoy, si a mí me hablas de dejarlo, te digo que no. A mí me sirvió mucho y a cada día sirve más. Creo realmente que hoy soy una persona mejor y entiendo mejor a los demás gracias a ese conocimiento personal que adquirí yo en mi experiencia como paciente del análisis.

El trabajo del analista consiste, básicamente, en escuchar al discurso de uno, escuchar las contradicciones, y significar algunas cosas. Digamos que es una construcción conjunta de significados. Me pregunto si la superación de los problemas que se logra con el análisis no se daría en la vida misma en un plazo más largo de tiempo. Porque veo gente que nunca se sentó en un consultorio analítico superando problemas importantísimos solo con lo que vive en la vida misma. ¿Tarda más? Quizás. ¿Se lastima más? Probablemente. ¿Hace a otros sufrir por ignorancia? Me parece que sí, pero… ¿quien nunca lo hizo? ¿Con o sin análisis, cuantas veces somos egoístas y mezquinos? Cuantas veces pensamos solo en uno mismo, o pensamos en los demás por beneficio propio (ah, ¡el beneficio de sentirse puro y altruista!)? A veces uno usa el conocimiento que obtiene en el análisis para manipular los demás con aquello que conoció de sí mismo. ¿O no? Y a veces, sin análisis, hay manipuladores de primera que juegan con los sentimientos ajenos mejor que cualquier profesional de las ciencias humanas.

Entonces, vuelvo a mi pregunta original: ¿a quién sirve el análisis? ¿Esa cosa de construcción conjunta de significados sirve a quien? ¿Es realmente tan fundamental e importante identificar y aclarar las contradicciones? Conozco mucha gente que ve sus propias contradicciones, pero ellas tienen sentido para la persona y a esa persona le importa poco o nada ser contradictoria. Dice “soy así, tomame o dejame”, y ya fue.

Mientras tanto, otros como yo, que creen en el auto superación, siguen (y nunca dejaran de hacerlo) trabajando duro en el análisis para entenderse, superar los propios mambos, darse derechos, respetar los derechos de los demás, entenderlos para por ahí explicarlos a ellos mismos como funcionan…
Mientras unos quieren si o si ser mejor y buscan ayuda especializada para eso, otros se mejoran apenas con las vivencias de la vida, y otros ni se importan con ser o no mejores: están re conformes y re contentos con lo que son.

Al final, ¿a quién sirve la terapia?

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